Eso porque la vida continúa pese a una brutal agresión y varios minutos inconsciente.
Pero Sevilla ya se fue. Decisión que llegó tarde. Se esperó demasiado. Se confió en que esto no iba a pasar de nuevo, y fue peor.
¿Que había pasado?
En el 2008, cuando se jugaba en La Martita, a un jugador del verde le pisaron la cabeza estando en el piso y la jugada detenida. Le dieron 3 puntos de sutura en el párpado. De milagro no perdió el ojo.
Y la organización no sancionó con vehemencia en aquel momento, y meses después el jugador agresor apareció con otra camiseta y justo saben contra quién jugó en su regreso??? imagínese...contra Sevilla.
Y terminó mal de nuevo. Ese jugador se fue expulsado e intentó agreder al árbitro. De hecho le propina un golpe de puño, y se armó un tremendo lío.
Esa tarde Sevilla debió no ser necio e irse al Río de Quilmes donde había un cupo disponible para ingresar. De hecho algunos chicos se fueron a jugar ahi, aunque volvieron y hoy lo hacen en Dinamo.
Seguimos, pasaron 4 años y la situación empeoró.
Los llamados y el apoyo de jugadores de otros equipos siguen pese a que ya pasaron 3 semanas del nefasto hecho. Entonces, algo bueno dejamos. Es el mejor recuerdo que nos llevamos de ahi.