Sevilla se vengó de la última derrota ante Basilea, que inocentemente cambió su estilo de "jogo bonito" por la pierna fuerte, insultos, agresiones... Sevilla habló en la cancha. Respondió las chicanas con una victoria inolvidable. Con un golazo de Arizmendi, nuevamente de afuera del área, y otra vez de zurda como en el torneo pasado, pero esta vez sin complicidad del arquero.
Después vino el segundo, con un Forza picante en velocidad, metiéndose entre los defensores rivales y definiendo con clase.
Increíblemente, Basilea se dedicó a jugar ya con 2 hombres menos por expulsiones que rozan la mala intención. Wilson volvió a dejar a su equipo con uno menos, como en el torneo pasado, esta vez por pisar a Pablo (el goma) en el piso. Una roja que lo puede dejar fuera de las canchas por largo rato. Cuando ya se fueron los violentos, quedaron los hábiles. El 19, la figura por encima del mono, se cargó el equipo al hombro y fue participe necesario del empate que dejaba a Sevilla con una decepción insolita. Pero...
...para que la felicidad sea posible había que esperar las cargadas de Basilea que gritaban "estos putos no nos pueden ganar nunca". Y bueno, en la última apareció Ezequiél Cabezas para empujarla tras un rebote del arquero y para el delirio de todo Sevilla, que le ganó al mejor equipo de la liga como siempre dijimos y que terminó gritando "Soy Sevilla, soy Sevilla, yo soy"
Basilea tendrá que esperar 12 fechas para volver a enfrentar al verde. Mientras tanto, seguramente irán a jugar 8, 9 ...o no se presentarán. Ellos son asi. Diferentes. Nosotros llevamos 6 años jugando todos los fines de semana. Y seguimos agonizando...